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Contra el autoritarismo en las (j)aulas: ¡Pedagogía libertaria!

 
 
 

Quisiéramos dedicar estas líneas a la reflexión entorno a lo que supone hoy el sistema de enseñanza y su labor dentro de la sociedad estatal-capitalista. Este texto ha de enmarcarse en el contexto de las movilizaciones que en muchos puntos del Estado se están llevando a cabo para intentar frenar el avance privatizador y mercantilista de la educación pública.
Entendiendo legitimas las reivindicaciones de profesores, estudiantes y personal laboral no-docente en contra de los despidos y los recortes en gasto en educación y el decir “basta” al proceso privatizador empezado hace años por las políticas neoliberales de los distintos Gobiernos, vemos una falta de profundidad en el análisis realizado sobre la educación en sí misma y sus roles y la vinculación que ésta tiene con el actual modelo económico y social.

El origen de la educación pública tiene sus raíces en los primeros años del desarrollo de los Estados liberales tras la superación de la etapa histórica del conocido como antiguo régimen. La nueva clase emergente, es decir, la burguesía, comprendió que necesitaba un vehículo de transmisión de su ideología renovadora, basándose en el “derecho” como base de esa nueva sociedad. La escuela resultaba un medio ideal para transmitir los valores de la propiedad privada, la jerarquía, la necesidad de someterse a una autoridad, el nacionalismo… Todo ello acompañado siempre de una fuerte influencia de la Iglesia, siempre controlando a las nuevas generaciones desde su más tierna infancia.

Si bien es cierto, sectores sociales pertenecientes a la clase trabajadora no recibieron ni siquiera las nociones básicas de la enseñanza universal, dándose una fuerte analfabetización en los distintos países europeos. Surgen entonces distintas iniciativas dentro del movimiento obrero con el objetivo de llevar a la juventud el conocimiento, el saber, la ciencia y los valores de la solidaridad, el apoyo mutuo, la capacidad crítica… siempre con el objetivo de formar personas libres y con inquietudes sociales, capaces de cambiar el brutal e injusto sistema que les relegaba a meras máquinas de producir. Papel muy importante en esta labor tuvieron los sectores anarquistas del movimiento obrero, a través de la fundación de las escuelas racionalistas y los ateneos libertarios, donde se formaba tanto a jóvenes como adultos. Son también de gran relevancia las aportaciones al campo de la pedagogía de importantes teóricos anarquistas, como Bakunin, Ricardo Mella o Ferrer i Guardia, entre otros.

No es pues, hasta el desarrollo de la denominada “sociedad del bienestar” cuando la enseñanza se universaliza realmente y llega a prácticamente toda la población de las sociedades desarrolladas. Este proceso puede explicarse por dos causas fundamentales; la necesidad de una clase trabajadora más formada técnicamente para las nuevas tecnologías aplicadas en el campo de la producción y como transmisión de los valores del consumismo, la competitividad y el individualismo, aparte de los valores “clásicos” mencionados anteriormente.

Actualmente, la labor de la escuela (en todas sus etapas y en todas sus formas, tanto estatal como privada) sigue ejerciendo un rol social de transmisión de los valores del sistema. Por un lado encontramos los sesgados conocimientos, manipulados en algunos casos, persiguiendo el objetivo de transmitir a los estudiantes la visión “oficial” de la Clase Dominante y los valores económicos del Capitalismo. A su vez encontramos que el vigente modelo educativo no estimula el aprendizaje de seres humanos libres y con capacidad crítica, sino que se enfoca hacia la memorización y al modelo de los exámenes, que lejos de buscar transmitir conocimiento hace de los estudiantes meras máquinas de memorizar que encajen dentro de un modelo de prueba, despreciando todo aquello que no sea “materia evaluable”. Por otro lado, la escuela juega un importante papel a la hora de establecer los valores morales de la juventud, basados en la competitividad y el individualismo, donde los estudiantes no son compañeros, sino que se les transmite que su igual es un competidor por una plaza en la universidad o en un puesto de trabajo, por ejemplo. De igual manera se fomenta que surjan diferencias entre los estudiantes, fiel reflejo de una sociedad estratificada en clases sociales, los “listos”, los “tontos”, los “vagos”...

A su vez se refuerza el autoritarismo, utilizando a los docentes como figura a la que obedecer y no cuestionar por el hecho de ser “superior”. El principio de autoridad, es decir, la falsa creencia que defiende la necesidad de tutela y gobierno a las personas por parte de otros seres supuestamente superiores en el campo físico y/o intelectual se transmite a través de la figura del profesor. De igual modo, mediante el viejo conocido “estimulo-respuesta” aplicado a través del premio y castigo se deshumaniza la función pedagógica, utilizando los estímulos del miedo o el egoísmo para adiestrar a la juventud.

No podemos obviar cómo el sistema de enseñanza sirve como preparación de una masa dócil y obediente de mano de obra, que aparte de recibir la pertinente formación técnica, esté a su vez acostumbrada a la rutina y al aburrimiento, propio del trabajo asalariado, y así evitar el lógico conflicto social que este tipo de esclavitud retribuida crea en la sociedad.

Es vital entonces que en estas luchas tomemos conciencia de la necesidad de parar el avance privatizador y mercantilista, que supone un paso más en los intereses empresariales de convertir en negocio la educación, y que a su vez se tornen en contra del sistema de enseñanza burgués y los valores que transmite, para definitivamente derivar en una lucha contra el Capital y el Estado junto con el resto de la clase trabajadora, origen de toda la problemática social y económica.

Para ello, debemos desterrar las luchas dirigidas, orquestadas por los Sindicatos de Estado, CC.OO, UGT y todo sindicato que avale el actual modelo sindical electoralista, que traslada el principio de autoridad al mundo del trabajo, promocionando el delegacionismo, que hace que se erijan como líderes, siempre vigilando que las luchas no se salgan de su tutela y les acabe superando. Hemos de acabar con las “manifestaciones paseo” que se parecen más a un desfile carnavalesco que a una expresión de lucha contra las agresiones capitalistas.

Solo mediante el asamblearismo, la solidaridad y la acción directa, sin delegar en nadie una problemática que atañe a estudiantes, profesores y personal laboral no docente conseguiremos frenar estos ataques y hacer que esta lucha “defensiva” se torne en ofensiva contra el sistema capitalista y el modelo de enseñanza embrutecedor.

Como información adicional, queremos hacer mención a la noticia aparecida en la publicación anarquista madrileña Todo por Hacer, en relación a las actuales movilizaciones de la enseñanza chilena y de cómo hoy día podemos aprovechar las protestas como herramienta más allá de las meras reivindicaciones defensivashttp://www.todoporhacer.org/?p=1047 


Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (F.I.J.A)


Grupo Bandera Negra
 
 

                                                                                                                                                                                                  





Influencias burguesas sobre el anarquismo  Luigi Fabbri (1877-1935

Decíamos en el capítulo anterior que la literatura burguesa, aquella literatura que en el anarquismo ha encontrado motivo para una actitud estética nueva y violenta, contribuyó indudablemente a determinar entre los anarquistas una dirección mental individualista y antisocial.

Los literatos y artistas, sin preocuparse de si esto podía ser aplicado a toda la vida general de la humanidad, han encontrado un elemento de belleza en el hecho de que un individuo, con la potencia de su inteligencia y con el soberano desprecio de la propia vida y de la vida ajena, se haya puesto, con un acto violento de rebelión, fuera del común de los hombres. Para estos artistas y literatos, la belleza del gesto hacía las veces de utilidad social, de la que, por lo demás, no se preocupaban. Así han idealizado la figura del anarquista dinamitero porque hasta en sus manifestaciones más trágicas presenta, en efecto, innegables características de originalidad y de belleza. Esta idealización literaria y artística ha ejercido su influencia entre muchos anarquistas que, por falta de cultura o poco habituados al raciocinio lógico o por temperamento, han tomado por elemento de propaganda de ideas lo que no era más que un medio de manifestación artística.

En ciertos ambientes anarquistas, más impulsivos y al mismo tiempo menos cultos, no se ha sabido hacer esta distinción necesaria; no se ha comprendido que en aquellos literatos, que parecía que rivalizaban a ver cual emitía una paradoja más extravagante, no había una convicción doctrinal y teórica. Hacían la apología de Ravachol o de Emilio Henry de igual modo como en otros tiempos y países habrían hecho la apología de un salteador de caminos. No cabe duda de que el bandido que asalta al viandante y le mata, ofrece una actitud más simpática que la del timador o la del que aligera bolsillos por las calles; el primero puede dar argumento para un drama o una novela, el segundo sólo se presta para la comedia o el sainete. Sin embargo, todo individuo que tenga sano el juicio no podrá negar que el bandido de encrucijada es mil veces más pernicioso y condenable que el ratero.

Estos literatos poseurs tal vez sin quererlo, ofenden a los mártires del anarquismo hasta en el elogio que de ellos hacen, puesto que su elogio saca argumento y motivo de interés precisamente de aquello que, según los principios anarquistas es doloroso y deplorable aunque lo imponga una necesidad histórica. La mentalidad burguesa determina en ellos el gesto que luego repercute en el ambiente anarquista, y tiende a que se forme en éste una mentalidad semejante.

Así como entre la burguesía halla más gracia el asesino que arrebate una vida al consorcio humano que el ladrón que, en último término, nada arrebata al patrimonio vital de la sociedad, cambiando tan sólo el puesto y el propietario de las cosas, igualmente, cambiando los términos, y aparte todo parangón que sería injurioso, entre los anarquistas los hay que aprecian mucho más al que mata en un momento de rebelión violenta que al oscuro militante que con toda una vida de obras constantes determina cambios mucho más radicales en las conciencias y en los hechos.

Repito lo que he dicho otras veces: los anarquistas no son tolstoianos, y por tanto reconocen que frecuentemente la violencia -y cuando es tal, es siempre una fea cosa, tanto si es colectiva como individual- resulta una necesidad, y ninguno sabría condenar al o a los que sacrificando su vida con sus actos dan satisfacción a esta necesidad. Pero aquí no se trata de esto, sino de la tendencia, derivada de las influencias burguesas, a trocar los términos, a cambiar el objetivo por los medios y a hacer de éstos la única y primordial preocupación.

Según mi entender, los anarquistas que dan una importancia soberana a los actos de rebelión, son tal vez revolucionarios y anarquistas, pero son mucho más revolucionarios que anarquistas. ¡Cuántos anarquistas he conocido que se preocupan poco o nada de las ideas anarquistas, o que hasta ni siquiera procuran conocerlas, pero que son ardientes revolucionarios y que su crítica y su propaganda no tienen más fin que el revolucionario, el de la rebelión por la rebelión! Y cuanto más ardientes y más intransigentes han sido, más pronto abandonaron nuestro campo y se pasaron al de los partidos legalitarios y autoritarios cuando su fe en una revolución a plazo breve desapareció al contacto de la realidad, y cuando su energía se agotó en los demasiado violentos conflictos con el ambiente.

La influencia de la ideología burguesa sobre estos individuos es innegable. La importancia máxima concedida a un acto de violencia o de rebelión es hija de la importancia máxima que la doctrina política burguesa concede a todo el ambiente social. Y esta influencia perniciosa es la que anula en muchos anarquistas aquel sentido de relatividad en virtud del cual debería darse a cada hecho su propia real importancia, de modo que ningún medio revolucionario quedase descartado, a priori, sino que cada uno fuese considerado en su relación con el fin perseguido y sin confundir entre ellos los caracteres, las funciones y los efectos especiales.

Tenemos, pues, comprobadas dos formas de influencia burguesa en el anarquismo: una directa, que se manifiesta en una importancia mayor otorgada al hecho revolucionario antes que al objetivo a que este hecho debe tender, y la otra indirecta, la de la literatura burguesa decadente de estos últimos tiempos, encaminada a idealizar las formas más antisociales de rebelión individual.

Entres estas dos formas hay un estrecho parentesco y por esto no he podido considerarlas separadas una de otra.

La burguesía ha ejercido una influencia extraordinaria sobre el anarquismo cuando se ha propuesto la misión de hacer... ¡propaganda anarquista!

Esto parece una paradoja. Sin embargo, es una verdad; mucha propaganda anarquista ha sido hecha por la burguesía. Claro es que, desgraciadamente, lo ha hecho de un modo nada útil a la idea verdaderamente libertaria. Pero no deja de ser verdad, no obstante, que los efectos de esta propaganda espúrea son los que la burguesía ha querido luego atribuir con mayor ahínco a todo el partido anarquista.

En los momentos de mayor persecución contra los anarquistas, sucedió que todos los descentrados de la actual sociedad, y entre éstos muchos delincuentes, creyeron seriamente que la anarquía era tal como la describían los periódicos burgueses, es decir, algo que se adapta muy bien a sus hábitos extrasociales y antisociales. Como por diferentes razones es un hecho que estos individuos se hallan, como los anarquistas, en un estado de perpetua rebelión contra la autoridad constituida, esto dió pie a que el equívoco arraigara y se ampliara. En la cárcel o en el destierro forzoso, hemos topado muchas veces con delincuentes comunes que se llamaban anarquistas, sin que, naturalmente, hubiesen jamás leído un solo periódico o folleto anarquista, ni siquiera oído hablar de anarquía fuera de los periódicos burgueses. Y así creían que la anarquía era precisamente tal como la escribían los más calumniadores periódicos reaccionarios, y tal la aprobaban o la desaprobaban. ¡Figuraos, para los que la aprobaban, qué especia de anarquía debía ser! Recuerdo haber conocido en la cárcel a un condenado por delitos comunes, un falsificador inteligente y hasta poeta por añadidura, el cual creía seriamente ser anarquista, y que así lo había dicho a sus jueces. Y una vez que uno de éstos le preguntó que como se arreglaba para poner de acuerdo los delitos que cometía con las ideas que decía profesar, respondió: Lo que usted llama delitos, es un principio de la anarquía. Cuando todos los hombres se entreguen a una desenfrenada delincuencia -son palabras textuales- entonces será o vendrá la anarquía. Como se ve, aceptaba la anarquía, pero en el sentido que le dan los diccionarios burgueses, sentido de desorden y de confusión.

Esta especie de propaganda al revés, causaba su efecto hasta entre quienes no querían mezclarse con los anarquistas. En las cárceles de tránsito de Nápoles, conocí a unos camorristas que creían que los anarquistas constituían verdaderamente una sociedad de malhechores y, por lo tanto, digna de figurar al lado de la honrada sociedad de la camorra. En Tremiti me contaron que a un modesto banquete entre anarquistas y socialistas, fueron invitados dos o tres camorristas -los únicos desterrados políticos existentes en la isla- por simple condescendencia humana que nada tenía que ver con la política, y al llegar a los brindis de ritual y con gran sorpresa de todos, uno de los camorristas lanzó el suyo en pro de la unión de los tres partidos: camorra, anarquía y socialismo contra el gobierno. Una carcajada general siguió a este brindis, pues sabido es que la camorra se alía más fácilmente con el gobierno que con nadie, y especialmente contra socialistas y anarquistas. Pero esto nos enseña como la mentalidad de los delincuentes comunes ha creído y aceptado como verdadera anarquía la que han hecho circular los periódicos burgueses y policiacos.

La propaganda traidora de estos periódicos, nos explica, asimismo, porque en un determinado periodo -de 1880 a 1894- hemos visto más de un proceso en que ladrones y falsearios vulgares se han declarado anarquistas, dando un barniz pseudopolítico a sus actos. Leyeron que la anarquía era el ideal de los ladrones y de los asesinos, y me dijeron: Yo soy ladrón, soy, por consiguiente, anarquista.

Nos explica igualmente el hecho, que tanto impresionó a Lombroso, de que muchos delincuentes comunes se decían anarquistas al ser encarcelados, pero antes de serlo, nótese bien. Mientras sentían sobre sus espaldas el puño de la autoridad, pensaban en los anarquistas, que en sus mentes eran los más terribles delincuentes por odio a la autoridad constituida, y cuando entraban en su celda, cogían el primer clavo que les caía en las manos y escribían en la pared, papel de la canalla: ¡Viva la anarquía!

Pero este fenómeno duró poco. Pronto se dieron cuenta de que llamándose anarquistas corrían más peligro que robando y asesinando, que el barniz anarquista contribuía a que los tribunales recargaran la dosis de condena, sin disminuir la antipatía que sus actos causaban. Por añadidura, encontraban en la mayoría de los anarquistas una indiferencia glacial y una desconfianza extraordinaria hacia sus improvisadas conversiones a la idea, cuando no algún que otro porrazo, y entonces cesaron de llamarse anarquistas.

Sin embargo algo de esta propaganda quedó entre los anarquistas verdaderos y propios. Alguno ha tomado en serio los sofismas de algún delincuente genial y ha acabado teorizando sobre la legitimidad del hurto o de la fabricación de la moneda. Otros han ido en busca del atenuante, hablando del robo a favor de la propaganda, produciéndose así los fenómenos Pini y Ravachol, dos sinceros que fueron una excepción, pero que no por esto fueron menos víctimas de los sofismas hijos de la propaganda al revés de los periódicos y de las calumnias burguesas. La excepción nunca ha sido la regla, porque aquellos anarquistas que de buena fe aceptaron la idea del robo, en la práctica no fueron capaces de robar ni una aguja; y los demás que robaban de verdad, se guardaban bien de hacerlo para la propaganda y pronto dejaron de llamarse anarquistas para continuar siendo vulgarísimos ladrones, y hasta no faltó quien se hizo buen propietario y comerciante, amigo de las instituciones y de la autoridad constituida.

Esta tendencia ha ido desapareciendo de entre los anarquistas. Pero de todos modos demuestra que fue posible por una influencia completamente de origen burgués, tras la campaña de calumnias y de persecuciones contra los anarquistas. Los anarquistas -se decía-quieren abolir la propiedad privada; por consiguiente, quieren arrebatar la propiedad a quienes la poseen, y, por lo tanto, los anarquistas son unos ladrones El buen vino cría buena sangre, la buena sangre cría buenos humores, los buenos humores hacen hacer buenas obras, las buenas obras nos conducen al paraíso; por consiguiente el buen vino nos lleva al paraíso

Lo que acabamos de decir, o sea, que muchos individuos se volvieron anarquistas debido a esta propaganda tergiversada de periodistas y de escritores burgueses, parecerá una exageración, aun a los que hayan vivido y vivan todavía en el ambiente anarquista.

La mente de los hombres, especialmente la de los jóvenes, sedienta, de todo lo misterioso y extraordinario, se deja arrastrar fácilmente por la pasión de la novedad hacia aquello que a sangre fría y en la calma que sigue a los primeros entusiasmos se repudiaría en absoluto y con gesto definitivo. Esta fiebre por las cosas nuevas, este espíritu audaz, este afán por lo extraordinario, ha llevado a las filas anarquistas los tipos más exageradamente impresionables, y, a un mismo tiempo, los tipos más ligeros y frívolos, seres a quienes el absurdo no los espanta. Precisamente porque un proyecto o una idea son absurdos se sienten atraídos, y al anarquismo vinieron precisamente por el carácter ilógico y estrambótico que la ignorancia y la calumnia burguesa han atribuido a las doctrinas anarquistas.

Estos elementos son los que más contribuyen a desacreditar el ideal, precisamente porque de este ideal hacen surgir un sin fin de ramificaciones estrafalarias y falsas, de errores en extremo groseros, de desviaciones y degeneraciones de toda índole, creyendo que defienden, muy seriamente, la anarquía pura. Apenas entrados estos individuos en el mundo anárquico, se dan cuenta de que el movimiento sigue un camino menos extraño del que se imaginaron; en una palabra, se dan cuenta de que tienen ante ellos una idea, un programa y un movimiento completamente orgánicos, coherentes, positivos y posibles, precisamente porque fueron concebidos con aquel sentido de la relatividad sin el cual no es posible la vida. Este carácter de seriedad, de positivismo y de lógica, les irrita, y hételos en seguida constituyendo toda esa masa amorfa que no sabe lo que quiere ni lo que piensa, pero que es incansable demoliendo desacreditando todo lo que de serio y de bueno hacen los demás, y empleando aquel lenguaje autoritario y violento propio de su temperamento y del origen burgués de su estado mental.

Hasta cuando sus ideas y sus críticas son originariamente justas, las exageran y las deforman de tal modo que no podría hacerlo mejor un enemigo declarado. Hacen como aquel que viendo que los panaderos cuecen mal el pan, se empeña en sostener que hay que destruir los hornos, o como aquel que persuadido de la necesidad de regar un terreno demasiado árido, se empeñase en abocar sobre él toda el agua de un río.

Pues bien: todos estos individuos no habrían venido nunca a nuestro campo sin la atracción que sobre ellos ejerció la propaganda falsamente anarquista de la burguesía. Toda la campaña de invectivas, de calumnias, de invenciones a cual más ridícula y mastodóntica, actuó de espejuelo para todos estos descontentos intelectuales y materiales, psicológica y fisiológicamente, que se orientan siempre hacia lo absurdo, hacia lo extraordinario, hacia lo terrible y lo ilógico.

Bastaría, para convencerse de todo esto, tener la paciencia de hojear las colecciones de dos o tres periódicos, los más autorizados, de los últimos quince o veinte años. Bastaría asimismo hojear toda aquella literatura de ocasión que en el curso de ese periodo se fue formando, referente a la anarquía y a los anarquistas, fuera del ambiente anarquista, en el ambiente burgués, policiaco y aun pseudocientífico. Revistas y periódicos de toda clase, conservadores y demócratas, han inventado y dicho las cosas más truculentas acerca de nosotros.

¿Quién no recuerda los Misterios de la anarquía, de estúpida memoria, editado por un poco escrupuloso librero? No hay historia inverosímil que no se haya endosado a los anarquistas, sea en novelas, sea en libros de otra clase, o ya en periódicos y revistas de renombre. El afán de satisfacer el gusto del público por las cosas nuevas y extrañas, llevó a los novelistas, periodistas, y pseudocientíficos a armar un pisto de mil demonios, frecuentemente atribuyendo, con conocimiento del daño que se causaba, a los anarquistas, una fuerza mayor de la real, un número inconmensurablemente superior al verdadero y unos medios que los anarquistas no han tenido nunca en sus manos. Si esto podía, desde cierto punto de vista, halagar a los simpatizantes más inconscientes, contribuía, no obstante, a dar un barniz de veracidad a todas las ideas extravagantes y a todos los propósitos truculentos atribuidos a los anarquistas. Los Misterios de la anarquía acababan tomando, en la mente de muchos, la forma de historia real.

Y porque de este conjunto fantástico, en cuya forma los escritores y periodistas burgueses presentaban al movimiento anarquista, se desprendía, algunas veces, algo que era interesante y simpático, o, por lo menos, algo que despertaba admiración, sucedió que muchas fantasías mórbidas, muchos desequilibrados, muchos desesperados de la lucha social, se sintieron atraídos; a semejanza de lo que ocurre en ciertos lugares y en ciertas mentes primitivas, que se sienten atraídas por las figuras y actos, a veces imaginarios, de un Tiburzi o de un Musolino, bandidos de renombre. Las mismas víctimas más atormentadas por la injusticia actual, se comprende cuán fácilmente podían ser llevadas a aprobar, por reacción y represalia, el carácter belicoso y sanguinario que a la anarquía asignaron los escritores de la prensa burguesa.

¡Cuántas veces, a mi mismo acudieron algunos de estos catequizados por los periódicos burgueses peguntándome que debían hacer para ser admitidos en la secta y si había dificultad para que los presentara a la sociedad de los anarquistas! Y cuando yo les preguntaba que creían que eran los anarquistas, me respondían: Los que quieren matar a todos los señores y a los que mandan, para repartirse las riquezas y mandar un poco cada uno. ¡Ah! ciertamente, estos hombres no habían leido los folletos de Malatesta, ni los libros de Kropotkin, ni los escritos de Malato; habían leido, simplemente, esas estupideces, en la Tribuna o en el Observatorio Romano.

Este estado psicológico de los desesperados, prontos a recibir la impresión, lo describió muy bien Enrique Leyret en un estudio de los arrabales de París. Durante el periodo terrorista del anarquismo, según Leyret, el pueblo de los arrabales se sentía arrastrado, por las condiciones enormemente desastrosas en que vivía y por el espectáculo de los escándalos bancarios, a simpatizar con los anarquistas más violentos. Lo que era la anarquía, lo que ésta quería, el pueblo lo ignoraba o poco menos. No consideraba a los anarquistas sino desde un solo aspecto especial, parangonándolos a todos con Vaillant, y su simpatía, innegable, al guillotinado, le llevaba insensiblemente a aprobar sus misteriosas teorías... El pueblo que se deleita con el misterio, y que se enamora de los individuos cuando más velados se le aparecen por una oculta potencia, atribuía a los anarquistas una formidable organización secreta

Y este carácter misterioso que seducía al pueblo más miserable era atribuido a la anarquía por los grandes rotativos, llenos en aquel tiempo y siempre de fantásticas tremendas, de entrevistas imaginarias, de fechas, de nombres todos equivocados, pospuestos y cambiados, pero todo encaminado a llamar la atención del público sobre la anarquía. Tal vez -quién sabe-, desde cierto punto de vista, todo esto haya sido un bien, en el sentido de que provocó un movimiento de interés y de discusión en torno a la anarquía. Pero este escaso beneficio que haya podido reportar -beneficio que, por lo demás, se habría obtenido igualmente con decir la simple verdad sobre los hechos y las cosas, por sí mismos bastante interesantes- quedó neutralizado por la influencia maléfica que toda esta confusión y desnaturalización de ideas hubo de ejercer en el campo anarquista.

Porque es verdad que los que vinieron a nuestro campo atraídos por el ruido de este falsa propaganda burguesa, modificaron ciertamente, de un modo insensible, mejorándolas, sus ideas, y arrojaron mucha arena que antes tomaron por oro de ley; pero desgraciadamente también es verdad que, sin duda debido a su temperamento, que a ellos les predisponía, ha quedado en ellos algo de lo antiguo, residuos o frutos de aquella influencia burguesa. Cuando se toma una falsa dirección mental, pocos son los que saben o tienen fuerza suficiente para rectificarla.

Así tenemos que aquellos que vinieron a nuestro campo por espíritu de represalia, por la miseria y la desesperación, y que vinieron precisamente porque creyeron que la anarquía era aquella idea de violenta represalia y de venganza que la burguesía les describió, se han negado a aceptar lo que es concepción verdadera del anarquismo, es decir, la negación de toda violencia y la sublimidad en el amor del principio de solidaridad. Para estos individuos, la anarquía ha continuado siendo la violencia, la bomba, el puñal, por una extraña confusión entre causa y efecto, entre medio y fin, y tan verdad es esto, que cuando un Parsons declaró que la anarquía no es la violencia, y cuando Malatesta les repite que la anarquía no es la bomba, casi los tienen por renegados. A cuantos se afanan por corregir estos errores, funestas degeneraciones burguesas, recordando que la anarquía no es un ideal de venganza, que la revolución que desean los anarquistas debe ser la revolución del amor y no del odio, que la violencia debe ser considerada como un veneno mortal tan sólo empleado como contraveneno, por necesidad impuesta por las condiciones de la lucha y no por deseo de causar daño, a los que dicen todo esto, aunque sean los primeros en la abnegación y en la lucha, se les califica de viles y cobardes por parte de todos aquellos que en el cerebro tienen inoculada la palabra y burguesa teoría de la violencia que debe emplearse como ley del Talión o de Lynk.

Como es sabido, la anarquía es el ideal que se propone abolir la autoridad violenta y coactiva del hombre sobre el hombre, así como de cualquier otra prepotencia, sea económica, política o religiosa. Para ser anarquistas basta patrocinar esta idea y obrar lo más posible en consecuencia, propagando en las mentes la persuasión de que sólo la acción directa y revolucionaria del pueblo y de los trabajadores puede conducirles a la completa emancipación económica y social. Todo aquel que esté animado por estos sentimientos y tenga estas ideas y obre coherentemente con éstas y por ellas luche y haga propaganda, es indudablemente anarquista, aun cuando a su sentido moral le repugna cualquier acto de rebeldía o de venganza cometido por alguno que se llame a sí mismo anarquista, y aún cuando éste persuadido de que todos los actos de rebeldía individual son perjudiciales a la causa anarquista. Este indicio podría estar equivocado en sus apreciaciones, pero esto no impide que sea un anarquista coherente consigo y verdaderamente convencido y consciente.

Así, por ejemplo, hay anarquistas vegetarianos que incluyen en sus doctrinas el vegetarianismo. Pero, sería muy extraño que éstos sostuvieran que no es un verdadero anarquista el que no es vegetariano. De igual modo es extraño que no se quiera tener por anarquista al que no aprueba o no siente simpatía por el acto violento individual. Esta forma de propaganda podría ser útil o nociva, pero no entra dentro de la doctrina anarquista; es, simplemente, un medio de lucha que puede ser discutido, admitido en todo o en parte, o excluido por completo, pero no constituye aquel artículo de fe -haciendo uso de una frase católica-, fuera del cual no hay salvación, sin el cual no se puede ser anarquista. Los que crean lo contrario y excomulguen papalmente a los demás, simplemente porque éstos no sientan una soberana simpatía por Ravachol o por Emilio Henry, éstos, en verdad, son víctimas de la propaganda calumniosa de la burguesía, pues creyeron seriamente las afirmaciones de ésta cuando dijo que la anarquía era la violencia y la bomba. Desgraciadamente, de estos miopes intelectuales, tenemos aún bastantes en el ambiente anarquista.

No se detiene la influencia burguesa en esta sola cuestión de la violencia, que tan divididos tiene los ánimos, sobre la que me he extendido largamente porque es la más importante, y de la que volveré a hablar después.

Tal vez algún lector recordará mi polémica con el amigo Lavablero, acerca de la familia y del amor en la sociedad futura. Hice notar que entre muchos anarquistas hay una deplorable tendencia a aceptar como teoría propia todo lo que, o por lo menos mucho, los escritores burgueses encontraron para tener una arma contra el anarquismo. Ya hemos visto que así ha sucedido con la cuestión de la violencia. Igualmente ha ocurrido en esta otra cuestión de las relaciones sexuales. Para desacreditarnos ante el pueblo, los escritores burgueses, tomando pie de que nosotros criticamos el orden actual de la familia, a base de autoridad, de interés y de dominio del hombre sobre la mujer, han deducido que queremos la abolición de la familia, y, por lo tanto, que queremos las mujeres en común, la promiscuidad, los hijos sin padre conocido, con los relativos incestos, violencias carnales y todo cuanto de más salvaje y al propio tiempo ridículo se pueda imaginar. Al contrario de todo esto, la doctrina anarquista, ya desde su principio, no ha hecho más que preconizar la purificación de los afectos de toda intromisión y sanción extraña, sea de legisladores, o de sacerdotes, sea política o religiosa, y, con esto, la emancipación de la mujer, libre e igual al hombre, la libertad del amor sustraído a las violencias de la necesidad económica y de cualquier otra autoridad extraña al mismo amor, en una palabra, la reducción de la familia, restituida a sus bases naturales: la recíproca actuación amorosa y la libertad de elección. Pues bien; no quiero decir que esta sana concepción del amor y de la familia haya sido repudiada por los anarquistas para aceptar la brutal concepción calumniosa de los burgueses; antes bien todo lo contrario. Pero la calumnia burguesa no ha dejado de ejercer una cierta influencia en este terreno. Aunque la inmensa mayoría de los anarquistas conservan en toda su pureza el concepto del amor libre sobre la base de la libre unión, no ha faltado, de vez en vez, alguno que, dando la razón a los críticos burgueses, ha confundido la libertad del amor con la promiscuidad en el amor. Tan verdad es esto, que hace algunos años, metió cierto ruido la teoría de la pluralidad de afectos, del amorfismo en la vida sexual, el cual quiso basarse en extravagancias seudo científicas, teoría que más tarde fue reconocida fantástica por el que más de entusiasta fue de ella.

Ahora bien, aunque atenuada, esta teoría amorfista sobre el amor tenía un origen burgués, consecuencia de la manía de muchos revolucionarios que abrazan como óptima cosa todo lo que ven que los conservadores combaten con horror, aunque éstos no lo atribuyen con fines denigratorios. Lo mismo sucedió con la organización. Los anarquistas han sostenido siempre que no hay vida fuera de la asociación y de la solidaridad y que no es posible la lucha y la revolución sin una organización preordenada de los revolucionarios. Pero a quienes les convenía más pintarnos como factores de la anarquía, en el sentido de confusión, comenzaron a decir que éramos amorfistas, enemigos de toda organización, y con tal objeto desenterraron a Nietszche y después a Stirner... Muchos anarquistas mordieron el anzuelo, y muy en serio se convirtieron en amorfistas, stirnerianos, nietszcheanos, y otras tantas parecidas diabluras: negaron la organización, la solidaridad y el socialismo, para acabar algunos restaurando la propiedad privada, haciendo de este modo, precisamente, el juego de la burguesía individualista. Sus ideas se convirtieron, valiéndose de una frase de Felipe Turati, en la exageración del individualismo burgués.

De esta manía de aceptar como bueno todo lo que nuestros enemigos creen malo, se podría buscar el origen hasta en el espíritu del todo humano, de contradicción y de contraste: Mi enemigo cree que esto es malo, pero como mi enemigo no tiene nunca la razón, lo que él cree malo, es, bien al contrario, una excelente cosa. Muchos más hombres de los que nos figuramos, especialmente entre los revolucionarios, hacen ese razonamiento, que por casualidad puede ser exacto en los hechos, pero en sí mismo es equivocadísimo. Si nuestro enemigo dice que es peligroso tirarse de cabeza en un pozo, ¿vamos a contradecirle diciendo que es muy bueno hacerlo? Pues este espíritu de contradicción, y hasta diré de despecho, más frecuentemente de lo que se cree es el guía de muchos hombres en las luchas políticas y sociales.

¡Ah! ¿Nos llamáis malhechores? Pues bien, sí, somos malhechores. ¡Cuántas veces esta frase ha serpenteado en el lenguaje de algunos anarquistas, que hasta tienen un ¡himno de malhechores! Todo esto, con cierta ponderación, y como desafío al enemigo, puede pasar y hasta puede parecer un bello gesto. Pero no hay que admitir en serio que los anarquistas somos malhechores... Suele ocurrir que, a fuerza de repetir ese paradoja, alguno acaba por tomarla como verdad demostrada, ¡Quod erat demonstrandum! exclama triunfante la burguesía, la cual, después de habernos calificado de ladrones, petroleros, enemigos de la familia y malhechores, oye satisfecha que, aunque sea como simple acto de desafío, de amenaza y de desprecio, le damos la razón. Es necesario, pues, evitar esto y guardarnos mucho de encariñarnos con las paradojas.

El espíritu de contradicción que empuja a decir y hacer precisamente y siempre, a muchos revolucionarios, lo contrario de lo que hacen y dicen los conservadores y los burgueses, significa, en definitiva, sufrir la influencia de éstos. Así, cuando oigo a muchos anarquistas que se encarnizan contra algunas inicuas satisfacciones de los sentidos y del sentimiento, contra ciertas representaciones simbólicas y manifestaciones públicas de las ideas, contra algunas actitudes sentimentales o artísticas, contra dadas manifestaciones comunísimas de la vida familiar y social, no porque contradigan en modo alguno las ideas anarquistas, sino solamente porque también los burgueses hacen lo mismo o algo parecido, me entran grandes deseos de preguntarles si están dispuestos a renunciar a comer todos los días por la razón de que también los burgueses comen todos los días.

Procuremos, mejor, nuestra comodidad y busquemos nuestro placer, independientemente de lo que puedan hacer nuestros enemigos. Procuremos hacer, señaladamente, lo que beneficie la propaganda de nuestras ideas, sin preocuparnos de si los burgueses hacen en pro de los suyos lo contrario o lo mismo que nosotros. Comportándonos de otro modo, haríamos como aquel marido de la fábula que para contrariar a su mujer se hizo aquella amputación quirúrgica que servía para fabricar cantores para la Capilla Sixtina.

Procuremos, en suma, que nuestro movimiento camine sobre carriles propios, fuera de la influencia directa o indirecta de la ideología y de la calumnia burguesa, independientemente, sea en sentido positivo sea en sentido negativo, de la conducta conservadora, y habremos hecho obra revolucionaria y eminentemente libertaria, puesto que la teoría libertaria nos enseña que debemos emanciparnos social e individualmente de todo preconcepto, de toda influencia que no responda directamente y no derive de nuestro interés, de nuestra libertad y de nuestra voluntad, entendidos en el sentido positivo de la palabra.

                                                                                                                                                                                                                                  

 

UNA CRÍTICA ANARQUISTA DE LA ECONOMIA GLOBAL*

 

 

 

 

PARTE 1: EL FMI, EL BANCO MUNDIAL Y LA DEUDA.

 

 

 

En Julio de 1944, representantes de 44 gobiernos se reunieron en el pequeño New Hampshire de Bretton Woods. La economía global había atravesado una depresión devastadora, que había terminado en la sangrienta guerra mundial. Ellos estaban buscando la forma de reconstruir la economía de los países europeos en ruinas. Estaban tratando de crear una economía global estable. Estaban  tratando de salvar el capitalismo.

 

Una de las principales decisiones en Bretton Woods fue la creación  de un sistema de intercambio de moneda fija corriente, con el dólar americano, (respaldado por oro) como la moneda internacional dominante. También en Bretton Woods, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio o (GATT) General Agreement on Tariffs and Trade, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o (IMF) The International Monetary Fund  y El Banco Internacional para la Reconstrucción y Desarrollo, (comúnmente llamado “El Banco Mundial” o “The World Bank”) fueron creados. El GATT fue un tratado flojamente estructurado, estableciendo un conjunto de reglas para gobernar el comercio internacional. La meta fue incrementar el comercio eliminando aranceles en la importación de bienes. El FMI y el Banco Mundial fueron instituciones internacionales cercanamente relacionadas. El FMI estaba para vigilar el nuevo sistema de porcentaje de intercambio fijo, facilitando el intercambio entre diferentes monedas corrientes y así hacer el comercio internacional más fácil. Estaba también para proveer préstamos de emergencia en corto tiempo a gobiernos en desastre económico, para ser pagado de vuelta dentro de cinco años. El rol del Banco Mundial fue proveer préstamos de largo término a bajos porcentajes de interés para que países Europeos pudiesen reconstruir lo que había sido destruido durante la guerra.

 

El Banco Mundial proveía préstamos para todo, desde aeropuertos a caminos, represas, para plantas de energía. Este esfuerzo de reconstrucción fue ayudado por los EEUU quienes buscaban reconstruir la economía Europea para tener mercados, para sus propias exportaciones. En los 1950s, después de que Europa había recuperado un tanto, el Banco Mundial empezó a prestar a todos los gobiernos de los países más pobres en Latinoamérica, África y Asia.

 

En 1973 como un resultado del masivo gasto en la guerra de Vietnam y el alza de precios del petróleo, el presidente Richard Nixon decidió sacar a los EEUU del estándar de oro y devaluar el dólar americano. Esto destruyó el sistema de intercambio de moneda corriente, el porcentaje de las monedas corrientes podría ahora flotar relativamente una de la  otra, como lo habían hecho en la era de la depresión. También significaba que muchas de las deudas pertenecientes a gobiernos de países pobres incrementaron, desde que ellas habían sido sacadas en el dólar americano.

 

Durante todo el  60’s y 70’s el Banco Mundial presto mas y mas dinero para los gobiernos pobres. Estos préstamos tenían la intención para el “desarrollo”, para desarrollar la infraestructura de países para mantenerlos de perder la fe en el capitalismo y unirse al lado malo de la guerra fría. Con frecuencia esto significó que el dinero fuera dado fácilmente a dictaduras, las cuales simplemente lo robaban o lo usaban para comprar armas. Ferdinand Marcos, el primer dictador de las Filipinas, y su gobierno son estimados de haber tomado un tercio de todos los préstamos a las Filipinas del Banco Mundial.  Y simplemente no existen registros de donde el 80% de los préstamos dados a la Argentina fueron, durante los años bajo la dictadura militar.

 

En tanto que las deudas crecían, muchos países pobres fueron forzados a recurrir al FMI para préstamos de emergencia, solo para pagar los intereses de sus deudas. El FMI proveo préstamos, pero solo con la condición de que los países experimentaran “Programas de ajuste Estructural”. Esto significaba que la política  economía de un país seria dictada por el FMI.

 

La idea detrás de los programas de ajuste estructural es simple: haz todo lo que puedas para atraer negocios y salda tus deudas. Los Gobiernos privatizan muchos servicios y reducen gastar en otros, así que ellos tienen más dinero disponible para ir hacia el pago de deudas. Esto significa incluso recortes en la educación, salud y subsidios para mantener los precios de comida permisibles. Ellos también hacen lo que sea que puedan, para hacer de su país un lugar más atractivo para hacer negocios, incluido promover “libre comercio” y devaluar su moneda--en un país del cual su moneda no vale nada, todos los costos para hacer negocios son menores. Esto, como sea tiene desastrosos efectos en la población del país, en tanto que los precios para bienes importados suban. Junto con esto, los países están animados a engranar sus economías hacia las exportaciones, especialmente cultivos comerciales tales como café, azúcar o algodón, y materias primas como cobre y madera.

 

Como el FMI impuso el mismo programa y daba el mismo consejo a docenas de países de una, los mercados internacionales se vieron inundados con estos productos y sus precios cayeron dramáticamente. Esto intensifico la pobreza y también la destrucción ecológica. El efecto de las políticas del FMI/World Bank en el “desarrollo” de países ha sido devastador. Ellos empobrecieron a la gente quitando los servicios básicos y devaluando la moneda. Tanzania por ejemplo, gasta 9 veces mas en el pago de la deuda de lo que hace en el cuidado de la salud, y 4 veces mas que lo que gasta en educación primaria. Las políticas destruyen la economía nacional, engranándola hacia la exportación a un mercado internacional que esta ya inundado, y desarrollando la economía nacional para ser devastada por la competición con países ricos. La resultante pobreza que es creada conduce a toda clase de otros problemas. Pobreza es la principal causa de destrucción ecológica. En Brasil, por ejemplo, el gasto medioambiental fue cortado en 19% bajo el programa de de ajuste estructural. Al mismo tiempo la población estaba siendo empobrecida. Esto significaba que pobres campesinos y recientes trabajadores desempleados tenían que limpiar más tierra de selva tropical para cultivar cultivos solo para sobrevivir. Las políticas del FMI fueron las mayores causas de la hambruna en Somalia, la guerra en Ruanda, como también numerosas catástrofes internacionales.

 

Además, la deuda no ha sido reducida. De hecho, ha crecido mucho. De 1973 a 1982 la deuda de “desarrollo” de los países no productores de petróleo incrementó cinco veces a $612 billones+. Cuando los programas de ajuste estructural fueron implementados, solo lo hicieron peor. De hecho, lo mas largo que un país estaba bajo un programa de ajuste estructural, lo mas que su deuda crecía. En los 1980’s la deuda total de países pobres doblaba a $1.5 trillones ($1500 mil millones). Por 1999 había alcanzado $3 trillones ($3000 mil millones). Si las políticas tienen efectos tan obviamente nocivos, ¿porque ellas continúan?

 

La respuesta es simple. Ellas están teniendo únicamente efectos nocivos para mucha gente--no toda. Mientras países “en desarrollo” reciben préstamos y ayuda del Banco Mundial y el FMI así como de otros bancos en países “desarrollados”, ellos pagan mucho más para saldar sus intereses sobre sus deudas. En los 1990’s solamente  países pobres pagaron $77 mil millones mas en intereses de pago que los que habían recibido en nuevos préstamos y ayuda. Los bancos en  los países “desarrollados” están haciendo una matanza. Corporaciones Multinacionales también lo están haciendo muy bien, porque el precio de hacer negocios en países pobres se convierte incluso mas barato. Además los gobiernos de países ricos y poderosos se benefician de la situación, como ellos ganan tremendo poder sobre los gobiernos de países pobres. La élite en países pobres se beneficia también. La riqueza personal de Ferdinand Marcos hoy en día es estimada en $ 10 mil millones. La situación es muy similar por todo el mundo. Ahí  esta una pequeña clase elite de oficiales, burócratas, tecnócratas, economistas, coordinadores y capitalistas quienes hacen las decisiones sobre la política económica para la mayoría del mundo. No es inesperado que ellos sean los únicos que se beneficien de aquellas políticas, a costa del resto del mundo.

 

 

 

 

PARTE 2: EL “LIBRE COMERCIO” Y EL ESTADO

 

 

 

Nosotros estamos actualmente presenciando un intento de globalizar el “libre comercio.” Pero ¿que es “libre comercio”? La teoría detrás del “libre comercio” va así:

 

Países deberían especializarse. Ellos deberían producir solo las cosas que son buenos produciendo, y comprar de otros países las cosas que ellos no son buenos produciendo. En esta forma la economía operará a la eficiencia máxima. En orden para que esto suceda, las barreras al comercio deben ser eliminadas. Las fronteras deben de ser abiertas, y los gobiernos deben parar de entrometerse en los mercados, así la competencia será libre en el nivel del campo de juego de los mercados internacionales. (Carlos Salinas de Gortari Ex presidente mexicano, negocio el tratado de libre comercio con EE.UU. y Canadá.).

 

Para entender este argumento, debemos tomar una amplia mirada a la economía global. Hoy en día, mas del ½ de las 100 economías mas grandes en el mundo no son países, pero si corporaciones. Wal-Mart es más grande que 161 países incluyendo Israel, Polonia y Grecia. Mitsubishi es más grande que la cuarta nación más populosa en la tierra: Indonesia. General Motors es más grande que Dinamarca. Ford es más grande que Sud África. Toyota es más grande que Noruega. Las ventas combinadas de las 200 corporaciones mundiales mas importantes son mas grandes que un cuarto de la actividad económica mundial, mas que las economías combinadas de todos los países mundiales menos los 9 mas grandes. Alrededor del 1/3  de todo lo que es llamado “comercio” es simplemente movimiento de recursos atravesando fronteras entre subsidiarios de la misma corporación. No tiene nada que ver con la libre competencia. Es un manejo-centralizado, actividad económica, planeada por la élite corporal.

 

Además, la “apertura de fronteras” es solo para los ricos.  Es el retiro de restricciones en el flujo de dinero a través de las fronteras. En realidad, se esta volviendo mas difícil para mucha gente el cruzar fronteras, especialmente si ellos buscan conseguir un trabajo en otro país. Esta es una característica clave del “libre comercio”: Hacer capital móvil y la mano de obra inmóvil. Desde que la gente esta inmóvil -ellos no pueden fácilmente cruzar diferencias de frontera en salarios y los niveles de sindicalizaciones  pueden ser mantenidas a través de fronteras. Cuando los controles sobre el movimiento del capital son suprimidos, las corporaciones pueden simplemente trasladar sus  operaciones a los países con los costos más bajos para hacer negocios. Este será el país con los salarios más bajos, los sindicatos menos activos y los estándares medioambientales más bajos, desde que todas estas cosas recortan la ganancia. Esta situación ejerce una presión económica sobre los salarios en todos los países para caer y aflojar los estándares medioambientales en todos los países.

 

Esta es la agenda detrás del North American Free Trade Agreement (NAFTA) y el Free Trade Area of the Americas (FTAA). NAFTA es un tratado entre Canadá, Los Estados Unidos de América y México, el cual quita restricciones en el flujo del capital a través de sus fronteras. Desde que fue implementado en 1994, ha tenido un efecto devastador en los tres países. En los Estados Unidos cientos de miles de trabajos fueron perdidos, así como corporaciones trasladaron sus industrias a México, para tomar ventaja del trabajo barato. Los trabajos nuevos que fueron creados fueron la mayor parte del tiempo, temporales y no sindicalizados. El promedio real de ingresos netos en Canadá disminuyo 8% desde el NAFTA. En todos los tres países  los salarios reales y el estándar de vida disminuyo. El FTAA es un tratado propuesto que extenderá el NAFTA a todo el Norte y  Sud América. Estaba puesto a ser implementado en 2005.

 

La expansión del “Tratado de libre comercio” no solo suprime aranceles y restricciones similares en el sencillo flujo del capital. También busca suprimir “barreras de no arancel para comerciar”. Esto es donde la Organización de Comercio Mundial o The World Trade Organization (WTO) entra. Es una institución internacional, creada en 1994, la cual toma el lugar de y expande bastamente al GATT. Una forma en la que  hace esto es alentando la privatización de servicios públicos. Otra es estableciendo conflictos de comercio internacional. Cualquier gobierno, actuando en nombre de una corporación, puede retar los actos de otro gobierno si ellos “interfieren con el comercio”. Las quejas son tomadas para una resolución del cuerpo del WTO, constituido por abogados en comercio y burócratas los cuales luego hacen una decisión obligatoria.

 

En un caso dado, el gobierno de Venezuela, actuando en nombre de sus compañías petroleras, trajo un caso en contra de los Estados Unidos. Reclamó que el Acto Norteamericano de Aire Limpio de 1990 fue una barrera de no-arancel para comerciar. El acto exigía que el gas producido, fuera mas limpio y contaminara menos. Desde que el punto inicial para las mejoras requeridas fue basado en niveles de contaminación causados por el gas producido al momento por las compañías Norteamericanas, y desde que las compañías petroleras venezolanas se ocuparon de producir mas gas contaminante, el gobierno venezolano reclamó que el acto fue una interferencia con el “libre comercio” -fue injustamente parcializado hacia las compañías norteamericanas. El WTO dictaminó a favor de las compañías petroleras, y el Acto de Aire Limpio fue modificado para permitir más contaminación.

 

El NAFTA también intenta quitar barreras de no-arancel, para comerciar. El capítulo11 del NAFTA requiere que las corporaciones domésticas y corporaciones extranjeras de otros países NAFTA sean tratadas igualmente. También permite a las corporaciones demandar gobiernos si ellos dañan sus ganancias a través de alguna barrera injusta de comercio. En un caso, Metalclad, una sede de una compañía Americana trituradora de desperdicios, demando al gobierno Mexicano. El gobierno del estado mexicano de San Luis Potosí había rechazado permitir a Metalclad construir una trituradora de desperdicios en funcionamiento, después de que una inspección geológica  mostró que allí existía el peligro de que los desperdicios pudieran contaminar las reservas locales de agua. Metalclad reclamó que esto era una expropiación injusta de sus ganancias. El tribunal del NAFTA dictaminó a su favor, y el gobierno mexicano fue forzado a pagar a la Metalclad $16.7 millones en compensación.

 

Hay un número de otros casos bajo ambos el NAFTA y el WTO. En la vasta mayoría de estos casos, los tribunales fallaron a favor de las corporaciones. Esto significa que la definición de “propiedad” esta siendo expandida para incluir no solo lo que actualmente se posee, sino también las ganancias que podrían potencialmente ser hechas. Proporcionando a las corporaciones con una herramienta para anular las decisiones gubernamentales, NAFTA y el WTO (al igual que la propuesta FTAA) mueve incluso más poder en las manos de la elite.

 

Otro factor importante a tomar en cuenta cuando miramos a la economía global es la especulación.

 

Especulación es inversión de corto-tiempo. Tiene muy poco que ver con los bienes actuales o los servicios que están siendo comercializados. Los especuladores hacen correr su dinero en  minúsculas fluctuaciones en los precios relativos de moneda. La reciente desregulación del movimiento de capital junto con desarrollos en tecnología de computación lo ha hecho posible para que  inmensos  montos de dinero puedan ser transferidos a medio  camino alrededor del mundo en una cuestión de segundos. Esto ha aumentado grandemente el monto de especulación. Donde sea en la asociación de comercio mundial con bienes y servicios actuales, se estima en $7 trillones por año, la especulación se estima en ¡$1.5 trillones por día!

 

Esto significa que si la economía de un país empieza a disminuir, billones de dólares pueden ser transferidos fuera de si instantáneamente, lo cual puede intensificar el problema dramáticamente. Esto es lo que sucedió en 1997 a un número de países en el Este de Asia, con consecuencias brutales. En Indonesia, ½ de los negocios se declararon en bancarrota. Más de 20 millones de personas perdieron sus empleos dentro del periodo de 1 año. 250,000 clínicas fueron cerradas, la mortalidad infantil salto 30 % y ahora 100 millones de personas en Indonesia están viviendo en la pobreza.

 

Quizás una de las cosas más aterradoras acerca de la especulación es que ejerce una tremenda presión en las políticas internas de un país. Si un país fuera a elevar el salario mínimo, nacionalizar algunas industrias, promulgar también leyes medio-ambientales estrictas o interferir en alguna otra manera con las ganancias o la atmósfera política necesaria para sacar ganancias, su economía podría ser arruinada muy rápidamente.

 

Con el peso del capital especulativo, el relativo poder económico de corporaciones, la habilidad de organizaciones internacionales para anular decisiones gubernamentales y toda la retórica sobre “reducir el rol del gobierno”, uno podría ser llevado a creer que los estados están convirtiéndose en menores y menos importantes. Esto no es verdad, los Estados han sido y continúan siendo los mayores protagonistas en la economía.

 

Fuertes Estados no se hacen a un lado para dejar el “libre comercio” ir hacia delante. Ellos manipulan los tratados de comercio para asegurase rentabilidad. Los Gobiernos, si ellos son fuertes y suficientemente ricos, insisten en aranceles y proteccionismo en áreas en las cuales ellos son débiles. En medio de toda la retórica acerca del “libre comercio” durante la presidencia Reagan, el proteccionismo para la industria Norte-Americana (en la forma de restricciones en importaciones) fue doblada. Solo cuando un estado ha construido varias industrias fuertes ellos tratan de conseguir que otros gobiernos “abran sus fronteras”, así que sus corporaciones puedan moverse dentro y fuera a competir a todos los productores domésticos. El Libre comercio abre la economía de un país pobre a la competencia con uno fuerte, desarrollado, bien financiado, de corporaciones multinacionales. El resultado es que la mayoría de los productores locales salen de los negocios. Esto deja la economía de un país pobre enteramente en las manos de la élite transnacional. Es una forma de colonización. Países ricos fuerzan a los países pobres a abrir sus mercados, y absorberlos. No es coincidencia que las voces más fuertes para el “libre comercio” vengan de la gente más rica en los países más ricos.

 

Los Estados organizan la economía en otras formas también. Los fondos gubernamentales son simplemente dados a las corporaciones, bajo el pretexto de “atraer negocios”. Cuando las corporaciones se encuentran con problemas, a menudo los gobiernos les entregan enormes montos de dinero para mantenerlos en los negocios. 20 de las 100 corporaciones multinacionales mas grandes han sido financiadas en esta forma, y casi todas las otras han sido directamente beneficiadas o de subsidios gubernamentales o de políticas proteccionistas de comercio.

 

Otra importante forma en la cual gobiernos apoyan a la economía es con los militares. Los Gobiernos, especialmente el norteamericano, gastan montos masivos de dinero en los militares. Este Dinero va a las grandes corporaciones y subvenciona sus otras actividades. La razón principal por la cual Los Estados Unidos es un fabricante principal de aeroplanos civiles es por todo el dinero que el estado entrega a los fabricantes de aeroplanos en la forma de contratos de defensa. Los subsidios a la base industrial de los militares apoya una gran parte de la economía Americana, especialmente en los sectores de tecnología punta. Esto es porque el gasto en defensa Norte Americana apenas declinó al fin de la Guerra Fría. Era necesario mantener los negocios corriendo.

 

Claro esta que esto no significa que los militares no sean importantes. Son usados contra disidentes internos, como una fuerza policial. Es también usado para expandir los mercados y mantener a los disidentes internacionales a raya. Los Gobiernos de países pobres que tratan de tomar el control de sus propios recursos y desarrollar sus propias economías (en vez de permanecer como áreas de trabajo barato y materias primas para países ricos) son declarados enemigos y atacados, oficialmente o de otra manera. Esto ha sido el caso de muchos países, desde la Unión Soviética a Nicaragua a Yugoslavia. En Verdad, el FMI, el cual ha contribuido al caos económico que llevó a la guerra en Yugoslavia, fue ya en 1999, preparando planes para la reestructuración de la economía Yugoslava, mientras Los Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN seguían bombardeando.

 

El gasto gubernamental en la industria de prisiones sirve una función similar como la del gasto militar. En Los Estados Unidos, Existen muchas prisiones privadas -prisiones de propiedad y operadas por corporaciones pero pagadas por el gobierno. Esto significa que la mayor cantidad de personas que haya en las prisiones y lo mas largo que sea el periodo de prisión, la mayor cantidad de dinero que el gobierno da a la corporación. Como los “libre mercados” se han expandido, también tienen prisiones. El gobierno Norteamericano ahora gasta  $35 Billones por año en prisiones. Los niveles de encarcelamientos en los Estados Unidos son 4 veces lo que fueron en los 60’s. Los Estados Unidos ahora encarcela más gente de su población que en cualquier otro país en el mundo, alrededor  de 2 millones (con otros 4 millones en libertad condicional).

 

Los Estados no están convirtiéndose menos importantes, pero si están cambiando. Ellos están cambiando en una forma que beneficia a la élite, y daña a todos los demás. Los Estados están haciendo recorte en los servicios que ellos fueron forzados a proveer por presión de los movimientos político populares: educación, salud, asistencia social, comida y subsidios de vivienda, gastos medioambientales, etc.… Ellos están incrementando el gasto en las cosas que tienden a proteger a las clases gobernadoras y sus ganancias. En muchos tratados de libre comercio, los derechos de propiedad intelectual son fortalecidos, y juntamente con la expansión de “libre comercio” vienen más prisiones, mas gasto militar y más policía. Cuando un estado es forzado a rendirse en una presión democrática, nuevas formas han sido desarrolladas para revocar eso. El WTO discute cuerpos resolutivos y los tribunales del NAFTA están hechos de abogados élite en comercio, jueces y burócratas, quienes pueden anular las decisiones del gobierno.

 

¿Porque entonces, todos creen la retórica acerca del “libre mercado”? Porque los medios de comunicación mas importantes, al igual que el sistema de educación están también manejados en los principios de “libre mercado”. La TV y las estaciones de radio, películas y periódicos tienen todos que sacar una ganancia.  Ellos hacen esto por la venta de anuncios. Un periódico que publica material radical, simplemente no conseguirá anunciantes. Estará fuera de competencia en el “libre mercado”. Para conseguir anunciantes, el contenido crítico debe mantenerse al mínimo y las noticias deben ser sensacionalizadas. En los Estados Unidos hoy en día, 10 corporaciones poseen casi todos los medios de comunicación, y 2 corporaciones controlan la mitad de toda la venta de libros. En los medios de comunicación norteamericanos, la discusión crítica del capitalismo es aproximadamente tan frecuente como la discusión critica de las que fueron actividades del partido comunista en los medios  de comunicación soviéticos.  Bajo estas circunstancias, las únicas interpretaciones que escuchamos del mundo en los principales medios de comunicación son de gente como el corresponsal de la ABC John Stossel, quien una vez dijo, “he venido a creer que los mercados son  mágicos y los mejores protectores del consumidor. Es mi trabajo el explicar las bellezas del libre mercado”.

 

 

 

 

PARTE 3: CAPITALISMO Y LUCHA DE CLASES.

 

 

 

Detrás de lo que es llamado “globalización”, detrás del “libre comercio” detrás de los Programas de Ajuste Estructural y el pago de deudas, a la raíz del problema con la economía, esta el capitalismo. El capitalismo es el sistema económico basado en la acumulación de dinero (capital), propiedad privada, producción de mercancía y mercados.

 

En una sociedad capitalista, las cosas son producidas para sacar una ganancia. Estas cosas son llamadas mercancías. Para sacar una ganancia, debe haber una “demanda” para las mercancías-debe haber alguien quien quiera la mercancía y tenga suficiente dinero para pagar por ella. El precio de la mercancía debe ser siempre más alto que el costo de producirlo, para que el productor saque una ganancia. El problema es que hay muchas cosas que la gente necesita, que ellos no podrán ser capaces de pagar. Si la gente no tiene dinero, por ejemplo, ellos siguen necesitando comida. Desafortunadamente, es simplemente no rentable el producir comida para gente que no tiene suficiente dinero para comprarla.  Así que no se hace. Hoy cerca de 1.1 billón de personas en el mundo están desnutridas. Esto sucede no solo con la comida, sino que con casi todo.  En casi toda área, la economía podría producir mucho más de lo que hace. Para producir mas, como sea, seria “ineficiente”, no seria tan rentable.

 

No son los actuales productores quienes sacan la ganancia, como sea. Bajo el capitalismo  hay una pequeña clase de personas quienes han acumulado dinero  (capital) y quienes pueden comprar y poseer campos, fábricas y talleres.  Estos capitalistas escogen gente para trabajar para ellos y producir para ellos. Ellos pagan a sus trabajadores una pequeña suma de dinero para trabajar para ellos y llevarse toda la ganancia de su trabajo. Las personas quines trabajan para los capitalistas no lo hace porque ellos lo quieren, ellos son forzados para eso. Si tu no tienes capital para vivir de ello, no tienes otra opción excepto vender tu trabajo y tu tiempo.

 

Si tú no lo haces, tú no tendrás dinero para pagar  por las cosas que necesitas. No tendrás lugar para dormir y nada para comer y finalmente morirás. El capitalismo fuerza a mucha gente a vender su trabajo y su tiempo a los ricos. Esto es ambos una forma de esclavitud y una forma de robo. Mucha gente pasa su vida entera trabajando y consigue muy poco por ello, al mismo tiempo como los dueños de las corporaciones ellos están trabajando para lograr ser ricos y más ricos.

 

No hay democracia acá. En tu trabajo, no tienes voz sobre lo que será producido o que será hecho con el producto. Tu estas pagado para hacer lo que se te ha  dicho, y si no lo haces tu estas despedido. Tu podrías renunciar, pero luego tendrás que conseguir un trabajo en algún otro lugar donde tu tienes precisamente tan poca voz en lo que sucede. Las decisiones son hechas por la elite en el gobierno y los negocios para el  propósito de  sacar ganancia y asegurar el clima necesario para sacar beneficio -el clima en el cual hay una clase gobernante y una clase trabajadora. Esto significa asegurar que haya suficiente desigualdad y pobreza, así que hay una clase de personas quienes estén forzadas a trabajar para otras. Esta esclavitud de salario y la opresión de clase son construidas en la precisa lógica del capitalismo.

 

El principal argumento dado para defender el capitalismo y el “libre comercio” es que los beneficios para los ricos mejoraran a todos, goteando al resto de la población. Esto es totalmente absurdo. Si un sistema enteramente engranado política y económicamente esta diseñado para sacar ganancia para una pequeña clase rica gobernante, por la explotación del resto de la población, no debería de sorprender a ninguno que sea esto lo que sucede. Seria verdaderamente milagroso  si tomando del pobre y dando al rico de alguna manera hiciera de la gente pobre mejor. Esta propaganda Reaganista sin embargo, es reservada para los discursos públicos. Cuando se habla internamente, la clase gobernante es un tanto mas honesta acerca de cómo la lógica del capitalismo juega para si mismo.

 

En un memorando interno, en 1991, el jefe economista del Banco Mundial en ese tiempo, Lawrence Summers, arguyó que mas industrias contaminantes deberían ser alentadas a trasladarse a países mas pobres. Una industria contaminadora tiende a incrementar los riesgos de que la gente en las áreas circundantes tenga problemas de salud. Si la contaminación mata a alguno o los hace incapaces para trabajar, el costo a la economía (o para la industria en  el caso de un pleito) seria aproximadamente igual a los salarios proyectados que esa persona podría haber ganado en el resto de su vida. En un país con bajas expectativas de vida y bajos salarios, este costo seria reducido. Summers escribe, “Yo creo que la lógica de la economía detrás de tirar una carga de desperdicio tóxico en el país con el mas bajo salario  es impecable y nosotros deberíamos aceptar eso”. Summers fue después nombrado secretario de la tesorería de los Estados Unidos, bajo la administración Clinton y fue presidente de la universidad de Harvard.

 

El capitalismo no ayuda al pobre. Crea pobreza y desigualdad. Desde 1950, el valor total del dólar de la economía mundial ha incrementado 5 veces, mientras el número de gente en  absoluta pobreza ha doblado. Las tres personas más ricas en el planeta son ahora más ricas que los 48 países más pobres. En las décadas pasadas, casi todo país en el mundo ha visto una  disminución en los salarios reales  y un incremento en los ingresos desiguales. Desde 1994 a 1998 la riqueza total de las 200 personas más ricas en el mundo doblo cerca de $1 trillón  ($1000 billones). Hoy alrededor de 1.3 billones de personas sobreviven con menos que un dólar por día, y cerca al mismo número no tienen acceso al agua potable limpia. Aproximadamente 3 billones de personas (mitad de la población del mundo) vive con menos que 2 dólares por día; y 2 billones de personas  (una tercera parte del mundo) esta sufriendo de anemia.

 

El estado del mundo hoy no es resultado de algunas leyes naturales abstractas. Es el resultado de un específico conjunto de instituciones engranadas. Estas instituciones son diseñadas para generar masiva riqueza para los pocos y pobreza para el resto. Capitalismo es y ha estado ligado con el estado, no opuesto a el. Las mismas personas quienes toman las decisiones sacan las ganancias. La misma clase pequeña de ricos capitalistas y burócratas manejan los gobiernos y las corporaciones. Ellos crean una ajustada concentración de poder. La corriente de tendencia que es llamada “globalización”, es realmente una concentración más lejana de ese poder. El FMI, a través de los Programas de Ajuste Estructural, ahora maneja directamente las economías de cerca a 70 países. Eso significa que aproximadamente 1000 economistas capitalistas controlan la políticas económicas para 1.4 billones de personas en estos países. Esta ajustada corporación entre burócratas y capitalistas no es nada nuevo. No mucho tiempo atrás, el estado estaba exterminando la población nativa de Norte América de la costa este a la costa oeste y manteniendo millones de africanos en la esclavitud en los Estados Unidos y Canadá -todo para estimular los beneficios.

 

Luego como ahora, la opresión causada por el capitalismo y el estado superpuso y reforzó otras estructuras opresivas en la sociedad, como el racismo y el sexismo. De los millones puestos en las cárceles hoy en los Estados Unidos, un monto enormemente desproporcionado son afro-americanos. La gente negra forma menos que el 15% de la población de los Estados Unidos, y ya aproximadamente la mitad de la población en prisiones Norteamericanas es negra. 1 de 14 hombres negros en los Estados Unidos esta finalmente en la cárcel, y aproximadamente 1 de 3 hombres negros en Norteamérica ira a la cárcel en algún punto durante su vida. Hay una dinámica racista al incremento en al desigualdad económica. Ellos siguen viejos patrones coloniales. La gente que se beneficia más de la economía global son personas blancas. La gente que es mas oprimida por la economía global son personas de color.

 

De modo parecido, la gente que se beneficia del capitalismo esta aplastando a los hombres, mientras las mujeres son las más oprimidas por el capitalismo. En 1997, Zimbabwe tuvo impuesto un Programa de ajuste Estructural en si. Como las cuotas para el colegio doblaron, las niñas fueron las primeras en abandonar los estudios. Como el gasto en salud por el gobierno había sido cortado un tercio, el numero de muertes maternas durante el parto duplico.

 

En muchos casos, como los hombres se habían convertido en desempleados, las mujeres tenían que conseguir un trabajo, en suma al hacer el trabajo no remunerado para mantener el hogar. En el mundo hoy, mujeres hacen 2/3 de las horas de trabajo y reciben solo 5% del salario y poseen menos que el 1% de la propiedad. De los 1.3 billones de personas viviendo con menos de un dólar por día, 70% son mujeres.

 

El planeta entero esta en un estado de guerra civil de baja intensidad. La elite gobernadora  se beneficia de la explotación del resto del mundo. Cuando cientos de mexicanos mueren cada año, intentando cruzar la frontera México-USA, muchos muriendo de sed en el desierto-eso es un acto de agresión. Cuando 30,000 personas mueren cada día fácilmente de muertes prevenibles, eso es un acto de agresión. Cuando la vivienda de las personas es arrebatada y ellos son forzados a las calles, eso es un acto de agresión. Cuando la gente es forzada a trabajar bajo condiciones totalitarias, eso es un acto de agresión. Cuando químicos tóxicos son tirados donde la gente esta viviendo, eso es un acto de agresión. Cuando a las personas se les niega necesidades básicas, eso es un acto de agresión. Cuando protestantes en Québec, Gothenburg, Génova o Washington D.C. es golpeada, gasificada o baleada, eso es un acto de agresión. En 1989, había una enorme protesta en Caracas, Venezuela, en contra el FMI, después de que el precio del pan se elevara 200%. La policía y militares fueron llamados y abrieron fuego sobre la muchedumbre. Más de 200 personas fueron asesinadas antes de que la morgue fuera llenada y parara de mantener huella. Extraoficialmente, probablemente más de mil personas fueron asesinadas. Eso es lucha, lucha de clases.

 

No es nada nuevo. Ha estado sucediendo en tanto que ha habido personas ricas y personas pobres, en tanto que ha habido una clase de personas quienes han tomado las decisiones, y una clase la cual no ha tenido control sobre sus vidas. Y continuara e intensificara con la expansión del “libre comercio”. Cuando el mando Espacial Norteamericano publicó un documento llamado Visión 2020, llamando para la plataforma orbital armada con armas láser, las cuales pueden disparar sobre la tierra abajo, el reporte dijo que las armas serian necesarias en tanto que la “globalización del mundo continuara, con un distanciamiento entre  ricos y pobres”. El Senador Norteamericano Bob Smith lo resumió cuando el dijo, “Es nuestro destino evidente… Tu sabes, nosotros fuimos de la costa este a la costa oeste de los Estados Unidos de América colonizando el continente y ellos llaman ese destino evidente y el próximo continente si lo haces, la próxima frontera, es el espacio y continua por siempre”.

 

Proporción de la riqueza de los países más ricos comparados a los países más pobres.

1830     3 a 1

1913   11 a 1

1950   35 a 1

1973   44 a 1

1992   72 a 1

La proporción de riqueza de los países mas ricos en 1820 (Gran Bretaña) al país mas pobre hoy  (Etiopia) es de 6 a 1.

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Proporción de los ingresos del 20% más rico  de la población del mundo al ingreso del 20 % más pobre.

1960  30 a 1

1997 74 a 1

 

 

 

 

PARTE 4: SOLUCIONES

 

 

 

Hay algunas personas que piensan que los problemas con los que enfrentamos, pueden ser resueltos lentamente en tanto que inventemos nuevos tipos de tecnología que nos permita hacer las cosas en formas más eficientes. Por ejemplo, la agonía del trabajo forzado, es dicho, podría ser eliminado por invenciones que hagan menos tiempo y esfuerzo en la parte necesaria del trabajador. En una sociedad que valore  la igualdad, tal invención seria bienvenida (asumiendo que no sea la causa de otros problemas, tal como contaminación perjudicial a la salud). En tal sociedad, significaría que las personas tendrían que trabajar menos. En una sociedad capitalista, significa que las horas de trabajo son cortadas, o sus trabajos son perdidos. Ellos son reemplazados por máquinas. Los únicos quienes realmente se benefician  de esto  son los capitalistas, porque ellos tienen menos salarios que pagar.

 

La eficiencia en el capitalismo es aproximadamente ganancia -nada más. El argumento para el “libre comercio” afirma que los países deberían especializarse en ciertos productos en los que ellos son buenos produciendo y comprar de otros países lo que ellos no son buenos produciendo, así la economía es más eficiente. ¿Que clase de eficiencia es esa, cuando las piezas de un producto son enviadas a medio camino alrededor del mundo para ser ensambladas en un país con trabajo barato, luego enviado de vuelta para ser vendido? Seria rentable, pero es un gasto de tiempo y energía también como de recursos -ni mencionar todo el daño que es hecho al medio ambiente por el traslado de productos alrededor de todo el mundo que podrían ser producidos localmente. Pero la lógica detrás de la producción de la mercancía es hacer lo que sea que puedas para que la gente compre cosas, sea que ellos realmente lo necesiten o no. Enormes montos de dinero son gastados en el marketing. Pero ¿que seria el lugar de los anuncios en la sociedad libre? Eficiencia debería significar algo como: satisfacer las necesidades de la población con la menor cantidad de trabajo. La Publicidad implica hacer que la gente compre cosas que ellos no necesitan. ¿Dónde esta la eficiencia en eso?

 

También, los capitalistas controlan las instituciones de investigación y desarrollo. Las clases de tecnología a las que nosotros ponemos nuestros esfuerzos en el desarrollo son cosas como el “terminador de semillas” -semillas urdidas genéticamente que pueden producir plantas con semillas esterilizadas, así que los granjeros no puedan guardar semillas y tengan que comprarlas año tras año de las grandes compañías biotécnicas.  La especialización que esta supuestamente tan maravillosamente eficiente es otra palabra para la opresión. Algunas personas se especializan en tomar decisiones y sacar ganancias. Otras personas se especializan en hacer el trabajo o ser pobres. Los problemas en la sociedad no pueden ser solucionados con nueva tecnología. Ellos son problemas de organización social. La pregunta debe ser “¿como organizamos la sociedad?”

 

En el periodo antes de la abolición oficial de la esclavitud en los Estado Unidos, diferentes críticas de la esclavitud estaban circulando.  Algunas personas llamaban a la completa abolición de la esclavitud. Estas personas fueron etiquetadas  de “soñadores” o “utópicos”. Otras -la gente  “práctica”  pensó que la esclavitud estaba en necesidad de reformas. Verdad, era cruel e inhumano, pero la forma de cambiarlo fue gradualmente. Ellos propusieron una reducción lenta en el tamaño del látigo con el cual los dueños de esclavos fueron permitidos legalmente a azotar a sus esclavos.

 

Los reformistas hacen hoy similares argumentos miopes. Ellos nos dicen que los opresores y los oprimidos deberían trabajar juntos. Ellos nos dicen que las cosas suceden lentamente y que lo que debemos de hacer ahora es votar por el mejor candidato o grupo de presión por un cambio en alguna ley  o lograr este o aquel programa de gobierno en marcha. Ninguno de estos, como sea, llega a las raíces de los problemas. En la propuesta de  reformas interminables, esta gente solo acaba validando el sistema como un todo.

 

Ellos solo acaban haciendo menores cambios que son ganados o perdidos fácilmente. Nosotros necesitamos cambios radicales.

 

Radical. – La palabra proviene de la palabra Latina par “raíz” la misma palabra que nos da la palabra en ingles “radish” “rábano”. Hablando Generalmente, un “radical” es alguien quien cree que los problemas con la sociedad son muy fundamentales (“a la raíz”) y pueden ser únicamente resueltos cambiando aspectos fundamentales de una sociedad.

 

Liberalismo. – La filosofía política liberal, esta basada en la creencia de que la libertad puede ser mejor lograda a través de los derechos políticos, los cuales son defendidos por las leyes  y un  Estado. El análisis político Liberal esta casi exclusivamente interesado en cuando y como el Estado puede interferir justificablemente en la vida de los individuales. Igualdad, desde un punto de vista liberal, es  “igualdad bajo la ley”. En Norte América, los reformadores son siempre llamados “liberales” La palabra es usada mas o menos sinónimamente con “progresivo”. Esto es, como sea, solo el fin progresivo de la clase gobernante. La palabra “liberal” es relacionada a la palabra Latina para “libertad”, la palabra que nos da la palabra “libertád”. “Liberal” entró al inglés como una palabra para ciertas clases de personas quienes, por su riqueza, fueron libres del trabajo manual. “Liberal” es y ha sido siempre, un término asociado con la clase capitalista. En muchos países hoy, los liberales son los únicos que están mas a favor de la centralización del poder y “libre comercio”.

 

Socialismo. – Un conjunto de filosofías políticas con una crítica al capitalismo. Íntegramente a esta crítica, es la idea de que los derechos legales y las libertades legales hacen muy poco para terminar la injusticia en una sociedad donde la desigualdad económica es galopante.  Los Socialistas buscan reemplazar una economía basada en el motivo del beneficio con una adaptada hacia las necesidades, con el propósito de crear una mayor igualdad. Grupos que oscilan desde los Marxistas a los Anarquistas a los Social-demócratas se describen así mismos como “socialistas”. Debido en parte a la propaganda en la Guerra Fría de ambos (USA y la Unión Soviética), el término “socialista” es algunas veces usado para querer decir  “la clase de socialismo que fue practicado en la Unión SoviéticaPara distinguirse así mismos de los socialistas quienes creen en organizar jerárquicamente, dictadura y Estado, los anarquistas algunas veces se llaman así mismos “socialistas libertarios”.

 

Yendo a través de los canales oficiales -preguntando a la clase gobernante para hacer los cambios -los reformistas están ratificando el derecho de la clase gobernante de gobernar. El cambio duradero en las instituciones opresivas es el resultado de la presión de movimientos organizados popularmente.  Los reformistas no ven la necesidad de deshacerse completamente de la clase gobernante. Un sistema de opresión tan arraigado como el capitalismo y mantenido en un lugar con tanta fuerza, solo cederá por la fuerza. Nosotros necesitamos revolución.

 

Pero, ¿como la revolución sucederá? Algunas personas, más notablemente Marxistas-Leninistas, abogan por la toma del poder del Estado por una elite revolucionaria. El poder del estado, ellos arguyen, será necesitado para aplastar a los capitalistas, y después ira desapareciendo lentamente. Lo que realmente sucede  es que su  organización jerárquica y métodos centralizados de organización son reflejados en sus resultados. El estado no desaparece lentamente y la vieja clase gobernante es remplazada por una nueva clase gobernante. ¡Eso no es Revolución! En una verdadera revolución la gente debe liberarse así misma, y esa liberación no puede ser dirigida desde arriba.

 

Ambos reformistas y vanguardistas ven al Estado como una herramienta útil para pelear contra el capitalismo. Los Anarquistas, no. Si el estado existe, eso significa que ahí esta una clase de gente tomando decisiones, una clase gobernante con el derecho para hacer cumplir esas decisiones sobre otras personas. El estado esta inextricablemente unido a la policía y los militares. Esta centralizado, jerárquicamente y una manera de organización arriba-abajo de las cosas. Incluso en estados que se autodenominan “democráticos” “lo cual son casi todos ellos”, no hay una real democracia. Las decisiones son hechas por una clase de oficiales elegidos, quienes son elegidos por las clases gobernantes. La gente sigue teniendo ningún control real sobre sus vidas.

 

En muchas formas, la preocupación central de los anarquistas es la democracia. “Anarquista”, como la palabra “demócrata”, solían ser un insulto. Ambos fueron asociados con la puesta de decisiones en las manos de la gente común, lo cual fue asumido, conduciría a ningún bien. Anarquismo, como una filosofía política, esta basada en la noción de que no hay una unión necesaria entre organización y jerarquía que una sociedad en buen funcionamiento no necesita ser basada en relaciones de dominación y subordinación. “Anarquía” no significa “caos”. La palabra “anarquía” viene del griego y significa “no gobernantes”. “No gobernantes” solo significan “caos” si tu crees que la única forma de ser organizado es tener gobernantes -para tener relaciones de dominación y subordinación. Para los anarquistas democracia significa que individualidades y comunidades tiene el control real sobre el funcionamiento de los asuntos.

 

Democracia significa que las decisiones son hechas directamente por la gente que es afectada por ellas. Esto es imposible si tú estas siendo gobernado por otros. Es imposible si la toma de decisiones esta centralizada, sea que esa centralización este en la forma de un gobierno representativo, una dictadura o una corporación. Las estructuras de toma de decisiones deben de ser descentralizadas si la gente esta para tomar sus propias decisiones.

 

Es esta democracia directa, o auto-manejo, aquello que buscamos para extender a cada área de la sociedad, incluyendo la economía. Nosotros buscamos la abolición de la propiedad privada, y una economía democráticamente controlada, adaptada para satisfacer las necesidades de la gente, sin destruir la ecología del planeta. Nosotros buscamos un final para el sistema de salario. Nosotros buscamos igualdad. Buscamos la abolición de los privilegios. Buscamos un final a toda la gente permitida a vivir explotando a otros y manteniéndolos en trabajos forzados. Buscamos un final al gobierno, y todos los sistemas que centralizan las decisiones y poder en las manos de unos pocos, quienes después hacen cumplir aquellas decisiones en el resto de la población. Pero la pelea en contra de la opresión no termina ahí. El Patriarcado -la dominación de la mujer por el hombre- está tan arraigado y lejanamente más antiguo que el capitalismo. Debe ser también destruido. En nuestra organización nosotros debemos de ser concientemente anti-racistas también. Queremos la guerra en cada forma de jerarquía y dominación. Nosotros proponemos atacar la opresión donde sea que exista: en instituciones internacionales que hacen a la gente pobre y destruyen el medioambiente, en las normas sociales que encierran y explotan nuestra sexualidad, en la precisa existencia de jefes y la policía y los militares quienes los protegen, en los esposos y novios abusivos, en las necesidades opresivas y sinsentido las que nos han vendido por la cultura de la industria, en el racismo neocolonial y estratagemas dogmáticas que claman tener todas las respuestas.

 

Justamente como diferentes clases de opresión solapan y refuerzan la una a la otra, así también pueden diferentes luchas por la libertad. Nosotros queremos la convergencia de cientos de revueltas contra la opresión. Buscamos solidaridad entre cada uno luchando para liberarse así mismos. Buscamos verdaderas comunidades, desarrolladas por la libre asociación de individuales. Queremos reorganizar la sociedad de abajo hacia arriba.

 

Nosotros queremos la ANARQUÍA.

 

 

 

 

FUENTES

 

 

 

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Gracias a toda la gente quien ayudo en la creación de este panfleto.

 

Es importante subrayar que esta es una crítica anarquista. Hay muchas clases diferentes de anarquistas, algunos de los cuales podrían discrepar fuertemente con varias partes de este panfleto.


Original Title: “An Anarchist Critique of the Global Economy”. Traductor: Fernando Dáriem. Primera edición Canadá 2001.

Todas las figuras $ dadas en dólares Norteamericanos.


 

                                                                                                                                                                                                                                 
 

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